El cáncerse llama Manolo Saiz

El positivo de Roberto Heras no me ha producido ninguna sorpresa y menos corriendo en el Liberty Seguros. Sé que Manolo Saiz es un director ambicioso, que juega fuerte y sin escrúpulos. Llegó a la Vuelta a España a la desesperada, después de fracasar en el Tour de Francia. Hizo una apuesta alta y ha llegado el escándalo. Conozco bien a Saiz y me consta que juega al filo de la navaja. Puede arriesgar, en gran parte porque mantiene una buena relación con la UCI. Saiz tiene mucha fuerza en el ciclismo internacional, camina de la mano de Hein Verbruggen en el proyecto del ProTour... Y, claro, Manolo se ha aprovechado de ello, porque allí se le tapan ciertas cosas que a otros no. Incluso no me extrañaría nada que ahora el contraanálisis diera negativo.

Tengo mucho aprecio al presidente del equipo, Manuel Piñera, porque ha hecho mucho por el ciclismo desde los tiempos de Dyc. Este positivo lo siento por él, pero debe tener valentía en sus decisiones. El cáncer es Saiz y tiene que cortar su cabeza si quiere salvar al Liberty. Como ya escribí en su día con Isidro Nozal, la culpabilidad plena de un positivo no puede recaer en un corredor. En este caso, tampoco en Heras. El responsable es Saiz y debe dar la cara. No pueden seguir con la hipocresía de cargarse a los ciclistas que dan positivo o a médicos como Alberto Garai, que no tenía nada que ver con los escándalos. Todo lo que se mueve en el Liberty Seguros lo conoce el director. ¡Ah! Y luego hay otro asunto. Mientras el canario siga repartiendo el alpiste...