El clásico necesita a Ronaldo
Lo único que sé es que si Ronaldo no pudiese jugar el día 19 ante el Barça se llevaría un chasco sólo comparable a aquella ocasión en la que resfriado y con una bufanda negra anudada a su generoso cuello cogió el puente aéreo en El Prat. Iba a ser su primer partido en el Camp Nou vestido de blanco. Su ausencia enturbió el ambiente, parte del público decidió convertir aquello en el Bronx Nou y la célebre cabeza de cochinillo dejó el fútbol en un sonrojante segundo plano. Sin Ronie, nada es igual...
Por eso creo, sin meterme a médico, que si el crack considera que con un tratamiento agresivo podría llegar con seguridad a la cita del 19-N deberían escucharle. El mejor doctor del futbolista es uno mismo. Me lo decía Gatti mientras engullía un delicioso asado argentino: "Cuando uno está lesionado es la cabeza del jugador la que decide. Si tu mente está fuerte, el dolor se olvida". Pues aquí digo que Ronaldo jugará. Él está con los cinco sentidos puestos en la cita y, si hace falta, morderá vidrio con tal de regresar a su hábitat natural. Al Bernabéu, a meter goles, a tumbar al Barça... Sin él, nos sentiremos estafados.