Ulises y 'El Mar en Ruinas'
Mientras ustedes estén leyendo esta columna nosotros estaremos volando desde Ciudad del Cabo rumbo a la costa antártica. Nuestro destino será la Tierra de la Reina Maud, un lugar tan evocador y fascinante para los aventureros como antaño lo fueran lo que se extendía más allá de las Columnas de Hércules, o Finisterre, el río de las Amazonas o la Tierra de los Fuegos. Parajes que significaron fronteras, físicas y mentales, que hombres y mujeres dotados con más corazón, cabeza y coraje que el común de sus congéneres, derribaron a costa de grandes sacrificios. Es una constante en la historia de la humanidad, simbolizada para siempre en aquel Ulises que convirtió en una Odisea el camino de vuelta a su tierra, Ítaca. Un viaje de años alejado del hogar viviendo aventuras sin cuento. Algo así siento muchas veces y aunque siempre sueño con volver a casa, la verdad es que dos semanas seguidas de discusiones sobre el estatut, me sobran para querer volver a partir.
Pero a pesar de lo mal que llevo las derrotas del Madrid -y a los plastas de la clase política que padecemos-, quizás sean excusas que me pongo para volver a hacer las maletas. De una forma que quizá compartamos con el inquieto Ulises, otros muchos sentimos esa necesidad de estar siempre en marcha, intentando llegar más lejos, buscando nuestros límites. Puede que algún día un científico encuentre escrita esa necesidad en los laberintos de nuestro código genético. Por su parte, los grandes escritores ya lo han intuido. Por eso la Odisea es el gran libro que muchos han querido seguir contando, de Dante o Tennysson a mi buen amigo David Torres, guionista de Al Filo y novelista de talento, quien acaba de publicar un libro esencial para entender el alma de los aventureros, del viaje, de la utopía: El mar en ruinas.
El Ulises que imaginó Tennysson resumió su espíritu en una frase que hemos hecho nuestra todos los aventureros, (y que muy bien deberían hacer suya todos los futbolistas del Madrid en lugar de tirar pedradas a Di Stéfano): "Luchar, buscar, encontrar y no rendirse jamás". Todos estos autores, y también Torres de una manera tan intensa como excitante en su Mar en ruinas, es hablarnos del ansia de conocer, de la incertidumbre de ganar, de atreverse a fracasar. En definitiva, nos ponen frente a esa actitud que otro poeta puso en boca del héroe homérico para definirlo y, de paso, definir a los grandes aventureros, de Magallanes a Mallory: "No he nacido para llevar vida animal". Así que les invito a que se enrolen en la nave de Ulises, aparejada por David Torres, y no nos pierdan de vista mientras buscamos nuestro propio purgatorio en el lugar más bello, frío y desolado de la Tierra.
Sebastián Álvaro es director de 'Al Filo de lo Imposible'.