Clave en el juego directo

El Chengue Morales es un tipo peculiar. Para su altura, casi 1,95 metros, parece más un jugador de baloncesto que de fútbol. Recuerda a Manolo Canabal, el gallego que tardó en explotar en el Málaga pero que al final fue uno de los ídolos de la afición. Morales cambió Pamplona por Málaga y seguro que no se arrepentirá. Ya lo ha dicho. "Estoy muy contento en la ciudad costasoleña. Mi familia se ha acoplado perfectamente y el clima es fundamental para rendir". Ahora sólo falta que tenga una pizca de suerte para ser un futbolista importante en el equipo blanquiazul. El técnico malaguista, Antonio Tapia, sugirió y pidió su fichaje a los directivos blanquiazules. Para el juego que realiza el Málaga, el fútbol directo, tan polémico en estos días por los resultados negativos, es imprescindible. Lo demostró en Mallorca y Bilbao y sobre todo en su selección donde es titular indiscutible, por encima del ex malaguista Darío Silva.

La afición, por el momento, no ha comprendido su contratación. Quizás no le han visto como un fichaje estrella y tiene en su retina sus escarceos tipo Mike Tyson de hace un par de temporadas en Sevilla que su calidad futbolística. Seguro que da resultado y tendremos un nuevo Dely Valdés. Parecidos son, tanto en el color de la piel como con el balón en los pies. El Málaga es un sentimiento. Volveré.