Alonso nos ha enloquecido

Alonso nos ha enloquecido

Entre las ocho y las nueve y media de la mañana de cada domingo hay poco más de millón y medio de españoles viendo la televisión. La mitad suele ser público infantil, devorador de los programas de dibujos animados. Este pasado domingo hubo casi tres millones de españoles viendo la televisión en ese mismo espacio horario. ¿Qué ocurrió para que se doblara la audiencia? Pues ni más ni menos que corría Alonso. Es decir, un millón y medio de españoles que se pegaron el madrugón un domingo sólo para ver a Alonso en directo cuando tenían la oportunidad de seguir la carrera más tarde en diferido. Para mí este dato es mucho más revelador que los 7,8 millones que presenciaron la carrera de Brasil donde se proclamó campeón.

Españoles que hagan madrugar a sus compatriotas un domingo no debe de haber muchos. Ni tampoco que provoquen una bajada de audiencia en los programas infantiles. Porque resulta que series como los Picapiedra, Batman o Zona Disney se vieron este pasado domingo bastante menos que otros pasados en los que Alonso no corría a esas horas, de lo que se deduce que muchos son los niños que prefieren ver a Alonso antes que sus series habituales. El fenómeno Alonso comienza a superar todas las cotas conocidas. Si una vez ganado el título aún tiene detrás a un millón y medio de incondicionales y también a los niños, es que ya es imparable. Por extraño que parezca, la Fórmula 1 ha entrado en nuestras vidas.