Ronaldo es de piñón fijo
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S i las estadísticas dicen que estás entre sus presas favoritas, date por fastidiado. Da igual cómo vengan dadas las cartas. Te armará el lío. Ronaldo, además de seguir siendo el mejor goleador del mundo, es un tipo de ideas fijas. No es casualidad que marque dos o tres goles por partido a los equipos que decimos que se le dan bien. Ayer me fijé en su actitud dentro del campo, en sus movimientos, y daba la impresión de que le sobraban los minutos y hasta las ocasiones. Era la falsa apatía de siempre pero multiplicada por dos. Brazos en jarra, andar pesadote y salida fulminante en cuanto le veían el desmarque. Más que nunca estaba convencido de que llegaría su momento. ¡Y vaya si llegó!
Tirando penaltis, tras la marcha de Figo, puede que estemos ante el año en el que Ronie consiga batir su marca de goles en una temporada en nuestra Liga. Por el momento, a gol por partido de media. Números similares a los de su primer año en España, cuando debutó con la camiseta del Barça. Una exageración sólo igualada por otro crack llamado Etoo. Pero a diferencia del camerunés, Ronaldo llega a esas cifras sin aparente esfuerzo, corriendo lo justo, con mucha menos necesidad de gozar de una docena de ocasiones para convertir dos o tres. Con que le sirvan cuatro balones en condiciones, basta. Otra cosa quedó clara en el Calderón: el socio ideal del brasileño es Guti. Ya lo dijo él cuando llevaba menos de un mes en Madrid.




