El ejemplo admirable de David

Ya dije el día de Vitoria que nadie debería engañarse por la goleada al Alavés, que aquello seguía siendo un grupo de excelentes jugadores pero para nada un equipo. Pese a ello, Luxa sacó pecho. Ayer se vieron de nuevo las carencias. Y se hubiera ocultado otra vez la realidad si los delanteros están finos en la primera parte. Los griegos eran muy poco. Pero me quedo con otra cuestión. Es la tercera o cuarta vez que, pasándolas canutas, Beckham se echa el equipo a la espalda y quiero reflejarlo hoy. Se trata de un jugador ejemplar desde que llegó hace más de dos años. A esa actitud fuera del campo ha ido sumando, con el paso del tiempo, un compromiso que no está estipulado en el contrato: el de ser solidario.

Pocas veces he visto pelear así cada balón a una de las llamadas megaestrellas. David debe estar desesperado porque su arranque espectacular contrasta con el lamentable juego del equipo y el disparate táctico con el que nos sorprende cada semana el técnico. Pese a todo, él cumple. Cumple siempre. Y no sólo con la pelea. De los últimos ocho goles del equipo, el inglés ha servido en bandeja cinco de ellos. Se dice pronto. Eso sí que es una cifra galáctica. Y casi nadie ha dicho nada. ¿Qué pensará de todo esto?