Ni centro del campo ni un medio diestro
Definitivamente se han desvanecido las ilusiones que todos nos habíamos hecho durante la pretemporada. Las primeras partes ante Zaragoza y Real Sociedad y, sobre todo, la espléndida victoria frente al Barcelona nos hicieron pensar que este año todo iba a ser distinto. Pero las desastrosas segundas partes, nuestra incapacidad manifiesta en los partidos a domicilio y, como colofón, la patética actuación ante el Getafe han hecho que salten todas las alarmas. Tenemos un entrenador solvente y jugadores mucho mejores que las temporadas pasadas, pero el equipo presenta todavía importantes carencias. Visto lo visto hasta ahora, el gran problema es un centro del campo que ni crea juego suficiente ni sirve para detener las ofensivas del rival.
Si a eso le añadimos que todavía no sabemos de que juegan Maxi y Galletti, podemos entender que no tengamos ni esquema ni patrón de juego definido. Sin centro del campo ni banda derecha, quedamos a expensas de las incisivas galopadas del gran Petrov y del acierto de los desasistidos Torres y Kezman. Por si todo esto fuera poco, hay que añadir que tampoco hemos demostrado tener un estado físico óptimo para mantener la intensidad noventa minutos. Los errores arbitrales y el tradicional fatalismo ya venían en el guión, por lo que ni siquiera merece la pena reseñarlos. A pesar de este desolador panorama, también es verdad que hacia mucho tiempo que no veíamos jugar al equipo como lo ha hecho esporádicamente en este arranque liguero. No perdamos la esperanza.