No lo duden: el sistema es el 4-2-3-1

Malo cuando un entrenador se pone a cambiar el sistema cuando se ha iniciado la competición oficial. En tal situación parece encontrarse Miguel Ángel Lotina. Pero la cosa engaña, de verdad. El técnico tenía en la cabeza el sistema antes de que se iniciara la temporada. Lotina quería usar el típico 4-2-3-1, dibujo que tan buenos resultados le dio la temporada pasada. Pasó que la mala pretemporada (realizada, no lo olvidemos, contra equipos bastante duros y más rodados) precipitó las cosas. La derrota ante el Getafe en el primer encuentro de Liga tampoco ayudó. La gente gritó, los medios presionaron lo suyo y Lotina necesitaba una victoria para calmar los ánimos de unos y de otros. Solución: cambio de sistema y paso a la defensa de cinco.

Pero ese dibujo no es, en mi opinión, el más adecuado. Y Lotina lo sabe. Jugar con tres centrales, pese a ser muy conservador, no está mal del todo. Pero el problema viene con los carrileros. En esa demarcación se requieren futbolistas de mucha profundidad, y ni Sá ni Domi tienen esa cualidad. Defienden bien, pero a la hora de atacar pasan apuros ellos y por ende el equipo. La apuesta debe ser el 4-2-3-1. Y paciencia, claro. El Espanyol debe jugar un fútbol ofensivo y con bandas (es incomprensible que extremos como Juanfran, Riera o Jofre chupen banquillo). Eso no quiere decir que se deba abandonar del todo el invento de los cinco atrás. Lotina puede recuperar ese dibujo, por ejemplo, cuando tenga bajas sensibles que le obliguen. Por favor, 4-2-3-1 y paciencia.