Que nadie se deje engañar
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Si en el minuto 60 hubiéramos encuestado a los socios del Madrid, Luxemburgo habría ido de cabeza a la hoguera, Raúl al banquillo, Ronaldo y Roberto Carlos a Brasil y así con casi todos. Dejemos fuera a Baptista y Pablo García, que sostuvieron a duras penas al equipo. Hay que reconocerle a Luxa una virtud: cada semana logra que el equipo juegue peor. Viendo la escasa movilidad de sus jugadores, se diría que trabaja poco el aspecto táctico. Porque físicamente, los jugadores no acaban mal. Es un problema de concepto, de movilidad, de jugar sin balón. Lo de siempre, antes y después de Luxa.
Pero la calidad es tanta que, cuando todo apunta a una caída por el precipicio, llega Ronaldo con sus goles y enmascara la situación. Ayer, además, vimos una jugada que, al margen de maquillar el mal partido, debería tomarse como ejemplo en el vestuario. Me refiero al gol de Guti. Cogería la jugada desde su inicio y la pasaría una y otra vez en vídeo para que vieran lo fácil que resulta el fútbol cuando hay toque, intención y desmarque, y lo difícil que lo hacen ellos con los desesperantes pasecitos hacia atrás y la ausencia de movimiento. Algo más. Lo dije en la víspera y lo repito: las rotaciones, para los amistosos entre semana.




