Fumarse el futuro
La patronal del fútbol español propone que, a partir de la próxima temporada los equipos de Primera puedan disponer de cinco extranjeros. Es un brindis al sol. Dicho queda y, si alguien lo duda, tiempo al tiempo. Fuegos artificiales para iluminar el sentido común. La Liga de Fútbol Profesional se está desperezando de un letargo tan largo como dañino. Tiene muchos frentes abiertos, pero no tantos como para enloquecer.
Paralelamente, el presidente de la FIFA, J. Blatter, en un inusitado -por infrecuente- arrebato de lucidez, aboga por seis jugadores nacionales en cada equipo sobre el césped. Una buena digestión, tras años de engullir la frase: "Monsieur Blatter, pasemos a la mesa", y una vez asidos cuchillo y tenedor creer que los problemas son de otros. El suyo es un entusiasmo de vuelta. La ida la tiene agotada y la luz que adivina al final del túnel es la del tren que llega.
Reitero que la sentencia Bosman ha tenido consecuencias devastadoras para el fútbol. Tanto deportivas como económicas. Que cada equipo juegue siempre con seis futbolistas del país activa e iguala la competición y, además, vitamina al mercado interior. Da igual de donde procedan el resto de jugadores. Aseguro que a la gran mayoría de los integrantes de la LFP la fórmula les gusta. Siempre y cuando se aplique en todos los países. Y les conviene. Dotaría de sentido trabajar más con el fútbol base y, posiblemente, adelgazaría la deuda. No quieren fumarse el futuro. Simplemente han prendido un buen habano y muestran que dan por finalizada una etapa.