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Estados de ánimo e identidades

Una de las brillantes frases que florearon mi juventud en la turbulenta década de los setenta decía más o menos: "Dios ha muerto, Marx ha muerto, y yo no me encuentro muy bien"; que traducida a los tiempos que corren y los ánimos que me recorren bien podría convertirse en: "El Madrid no gana, hasta Rossi se cae de la moto y yo me quiero volver al Pirineo". A fuerza de ser sinceros, la momentánea pérdida de verticalidad de El Doctor no resulta preocupante; casi es de agradecer comprobar que los elegidos también pueden equivocarse o verse ignorados alguna vez por la caprichosa fortuna. Además siempre nos queda Pedrosa. En cuanto a los del Madrid, al menos han tomado la sabia decisión de limitar las equivocaciones al rectángulo (de cuadrados mejor ni hablar) de juego. Y el Atlético funde al Barça.

Por lo que a mí respecta, de momento, me encuentro en los Pirineos rodando un documental. El otoño aquí ya asoma en las cimas de los abedules, las hayas y los avellanos, anunciando el fabuloso espectáculo que se avecina. Sin duda, esta estación es aquí especialmente hermosa. En una semana los bosques del Pirineo se transformarán mostrando el mejor cuadro de la naturaleza que es posible contemplar en España. ¿O tendremos que decir de Aragón, Navarra o Cataluña, ahora que, hasta la gestión de los Parques Nacionales, hemos traspasado a las comunidades autónomas?

Así, en vez de tener un gran parque pirenaico, como los franceses, tenemos uno pequeñito, y el Monte Perdido ahora se hará más pequeñito y, definitivamente, aragonés, y el Naranjo de Bulnes, asturiano, y el Teide, canario. Qué pena que el empeño de algunas autoridades en degradar este reducto natural no lo empleen en solucionar problemas. Será que la preocupación, tan asfixiante de un tiempo a esta parte, por las señas de identidad, el apego al terruño o sus lindes, no incluya ocuparse de lo que hay dentro, ya sean espacios naturales o sufridos lugareños.

Hace poco estuve en el oeste de EE.UU. y comprobé cómo ellos, pioneros en la creación de parques nacionales, disponen de una red de parques perfectamente regulada, siempre abiertos al uso y disfrute ciudadano. Frente a la tentación biologista de convertir la naturaleza en museos sólo visibles tras una cristalera, allí fomentan las caminatas, para conocer y amar una naturaleza en la que se ven reflejados. Sus films y documentales hacen el resto. ¿Quién no ha visto La Diligencia u otro gran western, donde los grandes espacios de Utah, Canyolandia o Colorado son un protagonista más? Ahora que unos quieren blindar el Ebro y otros, la pasta y el Canigó ¿qué hacemos nosotros? En fin, a los que la rutina les resulte más agotadora que escalar el Makalu, que sueñen con el Pirineo.

Sebastián Álvaro es director de 'Al Filo de lo Imposible'.