Un ciclismo sin campeones

Que el ciclismo está perdiendo interés es una realidad. Ahí están las cifras. Óscar Freire lo reconoce y lo dice. Llega aún más lejos. Pierde audiencia a consecuencia del doping. Valiente opinión, que viene a ser un aviso, el enésimo, para el ciclismo. Dice también que la audiencia se está desviando hacia otros deportes. Esto habría que matizarlo. El ciclismo ha sido en los últimos tiempos el segundo deporte, por detrás del fútbol. Ahora ya no por la sencilla razón de que la audiencia quiere campeones. ¿Qué se ha visto este año más que el ciclismo? Pues la Fórmula 1, el tenis, las motos, el balonmano y seguramente el baloncesto si la Selección entra en la lucha por las medallas, justamente los deportes en los que hay un español o un equipo ganador.

Lo que no tiene nuestro ciclismo. Lo tuvo con Delgado y con Indurain, con el Chava en el Angliru, mas no lo busquemos en un Tour que suena a película ya vista o en una Vuelta que provoca escepticismo. Heras se harta de ganarla, pero en el Tour no le vemos. Algo falla entonces. Freire sí es un ganador, pero del Mundial, que se celebra un único día al año. También gana etapas al sprint, aunque menos que Petacchi, ya sea porque no acaba las grandes vueltas o porque le castigan las lesiones. Por eso no conviene relacionar la pérdida de audiencia con el aumento de la misma en otros deportes. Alonso, Nadal, Pedrosa y nuestras selecciones son compatibles en grandes audiencias, o sea, tampoco es cuestión de echar toda la culpa al doping.