Crono de perspectivas
La de hoy es una crono de perspectivas. Si la miráramos desde el prisma de Carlos Sastre diríamos que veinte segundos no son nada y que la lógica está para romperse. Y giraríamos la vista a 1994, cuando Perico Delgado le birló el tercer puesto a un contrarrelojista como Alex Zülle, aunque eso sí, con avería de por medio para el suizo. Pero si fuera Mancebo quien alzara la vista, pensaríamos que cincuenta y cuatro segundos de desventaja no es tal, y que en 34 kilómetros luchando contra uno mismo pueden pasar muchas cosas. Y más viendo como está acabando Paco la Vuelta. Es el más fuerte y el año pasado casi se llevó la crono final.
Si finalmente se impone la cordura, la perspectiva de Menchov sería la más válida. El ruso abogaría por el triunfo de lo teórico y las consecuencias evidentes. Es decir, tercer triunfo parcial y el orgullo del deber cumplido. Porque, pensará él, tampoco es cuestión de decidir el podio en 38 kilómetros tras veinte días de competición. El único que puede ir tranquilo, saludando a la afición si le apetece, es el bueno de Roberto Heras. De sus cuatro Vueltas ganadas, esta debe ser la crono a la que acude con menos presión. Ha hecho bien los deberes y no deben aparecer sobre saltos de última hora. Desde luego, es la perspectiva más apacible. Aunque mejor no fiarse.