La cordura de arriesgar
La etapa de Pajares fue sencillamente preciosa gracias a la climatología y a Heras, que arriesgó pleno de cordura en el descenso de la Colladiella para decidir la Vuelta. Lo que no había conseguido en cuatro cimas, lo logró bajando, lo cual tiene el mismo mérito. Fue un golpe de efecto brutal a un Menchov que pecó de ingenuo. Con 10 segundos de desventaja abajo no puede esperar a que otros le hagan la carrera. No arriesgó como debía. Esperó a que tirara Sastre y aún sigue esperando. El final estaba cantado. Menchov tuvo que emprender una crono individual hasta la meta porque Sastre estuvo listísimo dejando vaciarse al ruso. Otro habría sido convencido para colaborar, pero él demostró su profesionalidad y jugó a ganar.
Roberto remató la faena, firmó la etapa y se llevó la gloria, pero el mérito fue, sobre todo, de la táctica de equipo y de sus compañeros, mención especial a Scarponi en Pajares. Antes, Vicioso y Beloki lo llevaron en butaca. Todo fue de cara ayer para el bejarano. La guinda la puso Bettini con un descaro insolente que sorprendió a propios y extraños. Vimos cómo su mecánico le gritaba desaforadamente para perjudicar a Menchov. Y lo de los jueces y Manolo Saiz, para echarles de comer aparte. Saiz estuvo espléndido en todos los aspectos. Dirigiendo la estrategia de carrera, ganando favores de sus múltiples amigos y manejando a los árbitros cual títeres. Merece una sanción. Pero nada empaña el etapón de Heras y Liberty.