Bianchi, se experimenta con gaseosa

Bianchi, se experimenta con gaseosa

No voy a ser yo quien discuta los conocimientos tácticos de Carlos Bianchi. Tampoco conozco los datos exactos sobre el momento físico que atraviesan los jugadores y el grado de sobreesfuerzo al que puede someterles a estas alturas. No voy a poner en duda el talento ni la capacidad del Virrey, pero sí me veo obligado a expresar en voz alta la incomprensión que sentí viendo a Petrov y a Kezman en el banquillo ante el Depor. Mucho más a medida que pasaban los minutos y el equipo seguía adoleciendo del ansiado gol. Cuesta entender que, siendo absolutamente imprescindibles en este Atlético, no salten al terreno de juego desde el inicio en un encuentro ante un rival directo por los puestos europeos y en el que era muy importante, al menos, puntuar para llegar con moral al difícil choque contra el Barcelona del próximo domingo.

Petrov crea ocasiones y Kezman ha recuperado con su selección la efectividad de cara al marco rival, con dos goles en dos partidos. Me pregunto si no hubiera sido mejor que salieran en el once inicial y haberles sustituido, en caso de que el estado físico de ambos no estuviera al cien por cien, al inicio de la segunda parte. Bianchi debería habernos explicado por qué les condenó al banquillo, en lugar de lamentarse por la desgraciada jugada del gol de Capdevila, auténtica marca de la casa. También me gustaría escucharle razonar sobre el papel que tiene reservado para un Maxi que no sabemos a qué juega o sobre el bajón físico que venimos demostrando en las segundas partes. No se trata de cuestionar nada ni a nadie. Tan solo de reflejar, estoy convencido de ello, lo que todos los aficionados atléticos nos venimos preguntando desde el sábado.