Que no vuelvan loco a Ramos
Noticias relacionadas
Sergio Ramos ya tiene lo que quería. Está bien. El Madrid hace su tercera apuesta en un año por un central. Eso no está tan bien. Ramos ha tirado la puerta del vestuario a patadas, como reclamaba Camacho a los canteranos, a golpe de calidad y sobriedad pero, por el contrario, los 27 millones de euros pagados por él pesarán como una losa. Y en medio de todas esas circunstancias conocidas, el aspecto más importante de este fichaje: el proceso de maduración. Igual en el apartado futbolístico esa labor está ya muy avanzada, porque es cierto que el jugador no aparenta tener 19 años. Pero falta saber cómo asimilará su cabeza un cambio tan brusco. Y en eso deben influir los que le rodean. Ni clanes familiares ni empresas dedicadas a la representación aseguran una correcta evolución del jugador en ese aspecto. Debe ser Sergio el que marque los territorios.
Importante será el papel de Luxemburgo. Queda contrastado que con Robinho hizo bien las cosas en el Santos, otorgándole confianza pero recordándole siempre que estaba en el inicio de su carrera. El técnico deberá vigilar al defensa con el mismo tacto y eso pasa por hacerle ver que la titularidad se gana en el campo y no en las portadas de los periódicos. Incluso, Florentino aprovechó el que era día más feliz del jugador para recordarle ayer lo duro que es el oficio de defensa en el club. Me da que era un mensaje intencionado y con carga. Que ahora mismo es el aspecto que quieren cuidar especialmente en su nuevo club lo vemos en las manifestaciones de Sacchi, que siempre que habla de Ramos apunta que estamos ante un buen jugador que puede llegar a ser un crack si crece de forma correcta. ¿El dinero y la fama otorgan la felicidad? A eso debe contestar Ramos.




