Xavi y el público de Madrid
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Pleno acierto de Luis cuando eligió Madrid para jugar el partido decisivo contra Serbia. Menos mal que ahí no han metido la manaza los directivos. Luis conoce el paño y sabía que la capital iba a responder. Con el Calderón lleno ya se ganó medio partido. El otro medio era cosa de los jugadores y pasaba por las botas de Xavi. Su natural manejo del juego crece con los años porque añade experiencia y sabiduría. Es una gozada verle mantener la posesión del balón minutos y minutos. Parece que no se va a cansar nunca de tocar. Viéndole jugar, repudiamos más a aquellos técnicos que basan todo en el patadón. Si tienes a un jugador en tu equipo de sus características, la jugada acaba apareciendo, por mucho que se encierre el contrario, por mucho que a ese cerebro le estén presionando continuamente hasta dos rivales.
Ya dije la víspera que veía la botella medio llena. Y no era tanto porque la Selección me hubiera dado motivos para tal optimismo sino porque los rivales de este grupo no tienen entidad suficiente como para dejar fuera del Mundial a nuestro fútbol. Pero me equivoqué. Aunque ayer, como antes Lituania o Bosnia, Serbia demostró que está varios escalones por debajo de nuestro nivel. Es más, creo que con un calendario que hubiese atendido mejor nuestros intereses, incluso los últimos partidos habrían sobrado para España porque el billete estaría ya en el bolsillo. Se ha puesto fea la clasificación para Alemania, pero el once titular de ayer sigue invitando a pelear por todo, aunque acabemos cayendo en cuartos, como casi siempre. Hay una media de edad que no tiene ninguna de las grandes que allí acudan. Hay entrenador. Pero juego sin goles, sirve de poco.




