Esto es lo que hay

Anda meditabundo Luis y no le faltan razones. Ante el desmesurado optimismo del médico de la Selección, que ha cometido la osadía de decir que Serbia nos llega en el mejor momento, el técnico conoce el paño y sabe cómo están los jugadores. Y están como siempre por estas fechas, sin ritmo de competición, sobrados de palizas físicas y con el fondo justo para jugar a tope medio tiempo. O sea, para amistosos todavía y no para ventilarse el Mundial ante un rival directo. Por eso el partido de Canadá será más pachanga que nunca, por eso Luis verá a los no habituales y los de la vieja guardia serán el referente en el Calderón. Digamos, por utilizar su casticismo, que Luis está con la mosca detrás de la oreja y el zumbido no le deja conciliar el sueño.

Me quedo con un mensaje subliminal que mandó ayer el seleccionador. Aprovechando que Robinho es el jugador del momento, aprovechando que estuvo en Cádiz viendo en directo su debut, se lo pusimos a huevo preguntándole por el brasileño y él no desaprovechó la ocasión. Ni bicicletas, ni gaitas. Ni sombreros, ni adornos. Robinho le deslumbró por lo bien que tiró los desmarques, por lo hábil que estuvo jugando sin balón, por su velocidad endiablada para abrir huecos a la defensa rival. Recadito para nuestros internacionales, demasiado acostumbrados a recibir el balón al pie, sobre todo los que juegan en punta. Seguro que Aragonés aprovechará la semana para poner a Robinho como ejemplo a los suyos. Y bien haría.