Raúl y Baptista sin sitio

A Luxemburgo le cuesta mucho trabajo barajar las cartas, pero debería hacerlo. Una cosa es confiar en un equipo titular y otra empecinarse en cosas que no funcionan. Por mucho que nos quieran vender que Baptista ha llegado para cubrir la banda izquierda, nadie lo ve, empezando por el propio jugador. No es un problema de adaptación. Todo lo que sea alejarle del área y no centrarle en su posición es tirar a la basura su enorme potencial de llegada y remate. Con Raúl pasa justo lo contrario. Ha perdido el hábito de depredador y, aunque reciba el balón en la frontal, tiende a quitárselo de encima con el típico pasecito atrás que, además de no hacer ningún daño, desespera a todos. Simplemente con intercambiar la posición de ambos la sensación de peligro sería otra, sin tener que depender exclusivamente del acierto goleador de Ronaldo.

El actual dibujo táctico hace muy previsible al Madrid. Zidane y Beckham, por puro instinto, buscan únicamente las paredes con Ronaldo. Si a esto añadimos que Roberto Carlos y Salgado no desbordan por la banda como hacían antes, nos encontramos con un juego bastante espeso que no aprovecha la gran posesión de esférico. Pero resulta más preocupante ver que cuando las cosas se tuercen, el técnico se enroca más en los mismos errores. Para que debutara Robinho y no tocar a nadie de los intocables, acabó moviendo hasta a cuatro jugadores de su posición natural. Cuanto mejor es una plantilla, más se notan los vicios adquiridos del pasado y también se ha de convertir en más riguroso el examen a la credibilidad de un técnico. Con la feliz aparición de Robinho, Luxa tiene ya otro problema. Bendito problema.