El puzzle va encajando

Llevaba razón Luis cuando decía que ya sabe a qué juega su equipo. Tras un año de pruebas, empates, sinsabores y cierta decepción, comenzamos a saber casi de memoria cómo juega la Selección. A veces, por muy claras que se tengan las cosas, si te falta una pieza, se va todo el rompecabezas al garete. No dar con la tecla del acompañante perfecto de Xavi en el centro del campo y lamentar la baja por lesión de Vicente en la izquierda, bastaba para que el 4-4-2 de Luis quedara cojo. Ayer, el recuperado extremo del Valencia y Xabi Alonso, dotaron a la selección del punto de personalidad que le estaba faltando. Y pareció hacerse la luz. Jugamos a tener el balón, a abrirlo por las bandas y confiar en la buena mano de los medios para mover hasta que aparezcan los huecos.

Si amistosos con menos lustre no sirvieron para crujir al seleccionador, éste, que ha salido redondo, tampoco debe valer para que le doremos mucho la píldora. Pero, insisto, al margen del resultado, se va viendo un equipo. Hace tiempo que quedaron resueltas las dudas en defensa. Puyol ya no está solo. Igual que en ataque sabemos que jugará siempre Raúl y que su pareja de baile saldrá del momento de inspiración de Torres, Morientes o Tamudo. Sabemos que Joaquín y Vicente serán extremos más que medios. Sabemos muchas cosas. Incluso puede que, después de muchos años, los más jóvenes sepan recitar el once titular de carrerilla, como ocurrió siempre. Si además de todo eso se gana, debuta Reina a lo grande y el personal se divierte, pues niquelado.