Robinho y su figura endeble

Buscar un plan para Robinho va más allá de los simples consejos. En la pasada Confederaciones observé el desequilibrio cuando se topó con defensas curtidos en Europa. La velocidad y el regate hacen el doble de daño si añades unos kilos de músculo a un cuerpo menudo. Robinho no ha tenido necesidad porque las exigencias de la Liga brasileña no son las de nuestro país. Aquí hay que aguantar mucha tralla, tanto por la cantidad de partidos como por los defensas. Por ejemplo, Ronaldo hace tanto daño con su arrancada como por la forma que protege el esférico con su cuerpo. Robinho debe suplir esa carencia con un segundo recorte, que no siempre saldrá bien.

Aunque repasando la historia, lo de coger consistencia física se ha logrado en todos los casos, lo otro, lo de inventar un regate, aún no está al alcance de los alquimistas que buscan la fórmula mágica del máximo rendimiento. Y para lo que es el inicio de temporada, tampoco veo problemas. Robinho conserva la base de la pasada temporada y, además, sigue compitiendo en agosto. Otro factor resulta decisivo: las ganas de debutar con el Madrid. Si después de la que se ha montado con su fichaje, le dicen que tiene que realizar un plan específico cuando llegue, lo matan. Que juegue cuanto antes y que cuanto antes le fortalezcan sin tener que recurrir a druidas sin escrúpulos.