Gran debut, como yo en Tokio 91

Arturo Casado ha hecho un Mundial excepcional. Corrió la final sin presión alguna, no tuvo miedo a nada ni a nadie. Y no le vino grande a pesar de sus 22 años. Finalizó en un prometedor quinto puesto en su debut en el Mundial, tal y como hice yo en Tokio 91. Era mi primera aventura mundialista y acabé quinto. En cierto modo, me recuerda a mí, a mis inicios. Puede ser un buen augurio de cara al futuro del atleta madrileño. Quizá esperábamos más de los tres españoles y nos quedamos con el regusto amargo de abandonar Helsinki sin medalla en la prueba reina del medio fondo. Pero Casado ha de estar contento porque ha realizado un gran Mundial. Le faltó probablemente una dosis de experiencia tan necesaria en estas citas como perdonable a su edad. Corrió por dentro, un poco encerrado. Y en el momento crucial de la prueba no pudo arrancar.

La carrera fue muy lenta desde el principio. Reyes tiró de saber estar para evitar problemas de codazos y adormecer una prueba que así sería más favorable a los españoles. Pero el impresionante cambio del norteamericano (Webb) de los 800 al 1.000 le cogió desprevenido tanto a él como a Casado e Higuero. No lo esperaban hasta el paso por el 1.000 y ahí se acabo la prueba para los tres españoles. Reyes se vino abajo de una forma incomprensible, no fue normal. Pero hay que seguir confiando en él. Llevaba cinco Mundiales terminando entre los seis primeros, un mal día lo tiene cualquiera. Casado e Higuero sí supieron rehacerse al tirón de Webb. Tras no salir al acecho de los de cabeza, sacaron su casta y su clase para remontar varios puestos en una última vuelta francamente buena. Reyes e Higuero aún tienen cosas por decir. Casado, todo una carrera de esperanza.