NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El dilema de Owen

Imagínense lo que sentiría Raúl si lo traspasaran al Manchester y se pasara la primera temporada calentando banquillo, esperando a que Wayne Rooney o Ruud Van Nistelrooy se cansaran o lesionaran. Algo así es lo que ha vivido Michael Owen en el Madrid. Golpes muy duros al orgullo. Quizá a eso se refería esta semana el ex Balón de Oro cuando declaró que el año que había pasado en Madrid le había ayudado a madurar como persona. Porque cuando la gente es más madura, es cuando se enfrenta a la adversidad. Ahora a lo que se tiene que enfrentar es a un dilema que pondrá a prueba su nueva madurez.

Podrá aguantar una temporada más de suplencia? ¿Una temporada en la que correrá el riesgo, a veces, de ni siquiera entrar en la convocatoria? (¿O estarán él y Raúl en el banquillo al mismo tiempo?) Y, ¿cual es la alternativa? Si fuese el Manchester, como se rumorea, tendría que irse ya. Pero si sólo es el Newcastle, lo tiene complicado. Sería cuestión de cuánto necesita jugar. O si el gusto que ha cogido por la vida madrileña, según cuentan en el Madrid, le compensa la deshonra de la marginación. O si se ha convertido el esfinge inglés en un filósofo zen, tan maduro que ya el ego le ha dejado de importar. De no ser así, ojalá que el Manchester, o un club de similar talla, venga por él. Si no la temporada que viene amenaza con ser la más triste de un admirable profesional que marca muchos goles pero, no nos engañemos, no está a la altura de las ambiciones de este Real Madrid.