Un jugador de grandes retos

Después de varios años creciendo, como entidad y como equipo, el Villarreal afronta desde el próximo martes un nuevo reto: la Champions League. Para ello cuenta con una plantilla consolidada, que se considera importante, y mejorada con respecto al año pasado. Pero, además, cuenta con una de las principales figuras mundiales, aunque en algunos ámbitos se le ignore, como es Juan Román Riquelme. Ya propiedad del Villarreal, Román querrá corroborar que el esfuerzo hecho por el club de Fernando Roig ha merecido la pena.

Si nos atenemos a su pasado (obviando su nefasta experiencia en el Barcelona al mando de Van Gaal), convendremos que Riquelme es un jugador para grandes retos. Sólo hay que echar un vistazo a su paso por Boca Juniors, donde ganó dos Aperturas, un Clausura, dos Libertadores y una Copa Intercontinental que todavía escuece en el Real Madrid. En un ecosistema que favorece sus grandes condiciones, debe ser el faro que lleve al Submarino Amarillo a hacerse un nombre entre los grandes de Europa. En la campaña pasada alcanzó un nivel tan elevado (marcó quince goles y dio catorce asistencias) que para muchos debería ser considerado, sin discusión, el hombre de la Liga por encima de Ronaldinho o Etoo. Esta campaña quiere repetir.