La sonrisa más rentable

Todavía me sigo preguntando cómo lo dejó marchar el Inter. Zanetti, lateral de la otra banda que llegó casi al tiempo, es hoy en día el capitán de los neroazurri. Su llegada a Madrid fue como un gordo de la lotería mutuo. Si se llega a quedar en Italia, tendría tres Copas de Europa menos y el Madrid se hubiera perdido al foráneo más rentable de la última década. Ningún futbolista no nacido aquí ha jugado más partidos oficiales en los últimos años ni ha rendido con tanta regularidad. Los únicos peros hay que buscarlos en las dos últimas temporadas. Roberto veía acercarse el final de su carrera y buscó el mejor contrato al precio que fuera, incluida una nacionalización que pudo tramitar antes. La escena de ayer ante el juez es consecuencia de las turbulencias pasadas, cuando con un pie en Inglaterra, decidió ampliar su contrato a cambio de ser español, entre otras cosas.

Pero Roberto Carlos ha dado más cosas. Alegría al vestuario. Puede parecer banal dicha cuestión pero no lo es si comprobamos lo variopinta que fue la composición del mismo. Por unos o por otros, siempre sobraron caras largas y cierta mala uva en ese recinto. Aislado en cierto modo por los pesos pesados en el inicio, ninguneado luego cuando era ya un veterano y tachado de polémico más tarde, cuando forzó la renovación, el brasileño, ya español también, supo alejarse de la polémica con una sonrisa en los labios. Cierto es que, tras esa sonrisa existe un jugador de fútbol y eso es sinónimo de egoísmo en muchos momentos. No iba a ser él una excepción. En lo deportivo, ha tenido la inteligencia para dosificarse ahora que no tiene veinte años. Si las lesiones le respetan, acabará su carrera presentando números que harán historia en el Madrid.

J.J.Santos.