A por el más difícil todavía
Recuerdo que hace años Gary Lineker definió el fútbol como "un deporte que juegan once contra once y gana Alemania". Parecida definición se me ocurre respecto a MotoGP después de contemplar la octava victoria de la temporada de Valentino Rossi: una categoría en la que corren Honda, Yamaha, Ducati, Kawasaki, Suzuki y veinte pilotos más y siempre gana Rossi (...y a Gibernau le pasa algo malo). Punto y final. Se va de Alemania con una ventaja acumulada respecto al segundo clasificado de 120 puntos, lo que le permitiría ser campeón del mundo en Malaisia, cinco grandes premios antes de concluir el Mundial. Además ha igualado las 76 victorias que posee Mike Hailwood, posiblemente el más grande junto a Rossi y apunta ahora hacia Ángel Nieto y Giacomo Agostini.
Manuel Pecino descubría en 'Solo Moto' que el italiano se está pensando correr en 250cc para buscar nuevas motivaciones y conseguir el doblete en 2006. Está claro que lo puede hacer como en su día lo hizo Freddie Spencer. Pero antes debería realizar el más difícil todavía, el no va más, ser campeón del mundo con Ducati. Solo un Pedrosa como el de ayer, ambicioso y valiente (mejor olvidar el de hace una semana en Inglaterra), junto con Honda y todo su poderío económico y tecnológico podrían aspirar a disputar la corona de MotoGP a Valentino Rossi... en una Ducati.