Figo y Guti, goles y adiós
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Están en la misma situación pero maniobran de forma bien distinta. Figo y Guti, unidos por el banquillo, por los goles que marcaron ayer en Pekín, por unos contratos que echan para atrás a posibles compradores, por el cariño especial que siente Florentino Pérez hacia ellos y por la certeza de que ambos serán suplentes si continúan en el equipo blanco. Figo no parece tener prisa alguna en resolver su futuro. Considera que el tiempo juega a su favor. Incluso se ha hartado de decir que tiene un año de contrato en vigor, algo evidente, y que lo más normal es cumplirlo. Con esa táctica, tensa la cuerda y obliga a que el Madrid lo acabe regalando. Eso, o soportar su careto durante diez meses en el banquillo, una conferencia de prensa de cuando en cuando para recordar su injusta situación y seis millones de euros más en su cuenta particular.
Guti, sin embargo, no ha tenido reservas para proclamar que se quiere ir, que no aguanta más su rol de apagafuegos, que ahora o nunca para demostrar que es un futbolista de 90 minutos. Tales son sus ganas de marcharse que ha aceptado que su representante escuche la mareante oferta del eterno rival, el Atlético de Madrid. Guti cuenta con la palabra del presidente, que le dijo que si ponía encima de la mesa una buena oferta le dejaría marchar. Ese es el problema. Que la buena oferta para el Madrid está condicionada por lo mucho que le han de pagar a Guti de ficha. Mínimo 20 millones de euros por cuatro temporadas, para que mejore en tiempo y cantidad lo que ahora percibe. Y con esa inversión poco queda para ofrecer al club blanco. Si Florentino quiere premiar la militancia madridista de Guti desde los nueve años, ya sabe cómo hacerlo.




