El Madrid olímpico, archivado

Había quedado cierta mala conciencia en Gallardón y su equipo por la manera tan fulminante como habían cerrado la Oficina de Madrid 2012. La verdad es que hubo precipitación. Tres horas después de que el Rey animara a todos los directivos de la Oficina a seguir intentándolo -bien es verdad que sin decir cuándo-, éstos recibían un plazo de cuatro días para trasladar toda la documentación de la candidatura a los archivos del ayuntamiento. Fallaron las formas y el pasado martes fue el día previsto por Gallardón para rectificarlas. A mediodía almorzó con Samaranch, quien le insistió en la conveniencia de presentarse en 2016, y por la noche celebró una cena de despedida con el equipo de Madrid 2012.

Alguien confundió la cordialidad mostrada por el alcalde y la complacencia con que recibió los mensajes de perseverar en la candidatura, con la decisión de presentarla en 2016. Tal es así que ayer, aprovechando uno de los actos que tenía, aseguró que la situación no ha cambiado lo más mínimo. Es decir, que hasta 2007 no evaluará la conveniencia de presentarla. Desde luego doy la razón a quien ayer me dijo: "Una decisión de este calado no se toma sobre el mantel, sino previa consulta a los grupos municipales, al Gobierno y a la Casa Real". Ayer también me aseguraron que la decisión se tomará en clave política, cuando Gallardón sepa si volverá a ser candidato a la alcaldía. Así que una cosa es segura: el tema está archivado.