Y la ACB no se lo creía...

La ACB ya tiene en su poder lo que no se ha querido creer: el declive de su competición. Es un informe encargado por la propia ACB a una agencia de estudios de mercado. Refleja, punto por punto, lo que venimos denunciando en estas páginas desde hace años: no genera espectáculo en el aficionado no experto, vacío emocional, los jugadores no se conocen, falta de identidad, alta rotación, extrema presencia de jugadores extranjeros, liga regular monótona, etc. Quizá ahora la ACB se lo crea y tome medidas. Será motivo de celebración, más no por ello hay que eximir de responsabilidades a quienes han permitido la caída en picado de la liga de baloncesto. De segundo deporte preferido en 1997, a duodécimo este año en audiencia.

Sí, duodécimo porque la audiencia del partido más visto de los siete meses y medio que dura la liga regular se sitúa en el puesto 131 de la clasificación de transmisiones, superado en lo que va de temporada por el fútbol, la Fórmula 1, las carreras de GP2, las motos, el tenis, el balonmano, el ciclismo, el atletismo, el fútbol sala, el montañismo y la caza y la pesca. Esto ha motivado que el valor de la liga en televisión (no confundir con el del baloncesto, que la Selección se ve y mucho) sea ahora mismo cero, como lo demuestra que aún sigue sin cerrarse el acuerdo entre TVE y la ACB por los derechos de la pasada liga. La ACB secuestró la competición y ahora sufre sus efectos. No será porque no se lo llevamos diciendo hace tiempo.