Habrá que medir a Armstrong

El Tour se empina esta tarde en las proximidades de la meta. Es un puertecillo de segunda, poca cosa, pero algo es algo, después de una semana y mil kilómetros sin que pase nada. Bueno, nada tampoco es, que tenemos gente que salió a la conquista de Francia y Armstrong ya la ha metido seis minutos. Pero digo nada en el aspecto de batalla. Hasta ahora el terreno no ha sido propicio y las diferencias se han abierto en las cronos. Espectacular Armstrong y sus escuderos. Se dispone a llegar con tan apreciable ventaja a las etapas de montaña, y vestido de líder además, que lo mismo este año ni ataca. ¿Para qué? Otras veces le hacía falta. Ahora, ni eso. Son otros quienes tendrán que arriesgar.

Esta situación no se ha dado anteriormente con Armstrong. La primera semana vigilaba, la segunda atacaba y la tercera controlaba. Su ataque coincidía con la primera etapa montañosa. Se ponía líder y ¡hala! a ir a rueda de quienes quisieran desbancarle. El martes, el Tour entra en los Alpes. Dos etapas duras, largas, exigentes. Es ahí donde habrá gente que quiera medir a Armstrong. Parece que su forma es la misma de siempre. Lo ha demostrado en las cronos. Pero habrá que saber si es verdad o es apariencia. Ser líder tan pronto quizá sea una estrategia para reservar las fuerzas que con la edad necesariamente se van perdiendo. Y si fuera así, nadie está aún descartado para ganar el Tour.