Yo digo J. J. Santos

El gran mercado persa

J.J.Santos
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Una sillita plegable vale en el centro de prensa de Singapur ciento treinta euros. Ni les cuento lo que nos clavan por la mesa, y por la moqueta que pisamos. Y así, pasando por taquilla, cientos de radios y televisiones de todo el mundo. Y a tiro de piedra, bajando tres tramos de escalera mecánica, hormiguero en el hall de un hotel donde todos se ven con todos, donde parece que se compra o se vende algo pero no, no se hace más que pintar la mona en muchos casos. Pero hay que hacerlo porque si no parece que estás fuera, que tu candidatura no pinta nada. Y si de repente aparece Sebastian Coe, conviene que al rato se deje ver Raúl con Florentino.

Pero la alegría dura poco porque arrastra sus pies Mohamed Alí y los flashes de los fotógrafos abandonan la antigua presa y se van con el ex boxeador. Mejor no contarles lo que ocurre si a Beckham le da por bajar de su habitación, entonces se lía la mundial. Faltan en este embrollo los especuladores profesionales, los expertos en contar votos, en enfrentar candidaturas, en decir que le han dicho que igual...Es el Comité Olímpico Internacional, el CIO dicen ellos. Son poco más de cien pero dan mucha guerra y tienen mucho poder, tanto como que la vida de una gran ciudad cambiará hoy. Y dentro de cuatro años, a montar nuevamente el tenderete.

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