Orgullo del deporte español

El mundo del deporte tiene ahora mismo cinco escaparates: Wimbledon, el Tour de Francia, el circuito de Magny-Cours, los Juegos Mediterráneos y Singapur. En Wimbledon ya no estamos, pero el tenis español goza de gran crédito; en el Tour, aunque de momento no se nos vea, los ciclistas españoles son la alternativa a suceder a Armstrong en cuanto muestre señales de debilidad; en el circuito de Magny-Cours, Alonso sale hoy como favorito, dispuesto además a asestar un golpe de autoridad en la clasificación del Mundial; en los Juegos Mediterráneos, aunque no aparezcamos en cabeza del medallero, sumamos un centenar largo de podios; en Singapur, vamos a por todas.

Pase lo que pase en Londres, en el Tour, en la Fórmula 1, en Almería y en Singapur, el deporte español demuestra gozar de una excelente salud. En nuestra sociedad, en nuestra administración, no hay actividad capaz de estar en tantos frentes de tan alto nivel. Luego perderemos o ganaremos, pero estamos ahí. Plantando cara a los mejores deportistas del mundo y a las grandes metrópolis. Demostrando ser capaces de organizar unos Juegos Mediterráneos mejores que en Francia y que en Italia, cumpliendo todos los requisitos para que los Juegos Olímpicos vuelvan a España. Ponemos en la balanza los méritos deportivos de este fin de semana de las cinco candidatas y ganamos. ¿Podemos hacer más?