El primer día del Tour de Francia nos deparó una jornada muy buena para el ciclismo norteamericano pero triste para el resto del ciclismo. Ha sido asombroso el mazazo de Armstrong a Ullrich, un gran especialista en este terreno, en una etapa de tan sólo 19 kilómetros. Y es que ningún aficionado, entre los que me incluyo, esperábamos una diferencia tan grande. Quitando a Lance, el resto de ciclistas ha estado a un nivel similar, sólo él parecía que tenía un propulsor. Pero no hay que venirse abajo tan pronto, tenemos que mirar las cosas desde el lado bueno. Y es que faltan veintidós días, en los que nos encontraremos sorpresas agradables y desagradables porque, después de la primera etapa, todos sabemos que el Tour no está acabado.

De entre los posibles rivales ha quedado claro que el más fuerte es Vinokourov, y que Ullrich y Basso van por buen camino. Como noticia agradable me gustaría destacar el regreso de Joseba Beloki tras su caída, y como nota negativa la actuación de Mayo, ya que, aunque no era su terreno, los cerca de tres minutos perdidos son mucho tiempo. Esperemos que se pueda recuperar porque es pronto y con las diferencias tras la etapa ni se gana ni se pierde. Habrá que ver si moralmente le puede afectar. Y para finalizar tengo que hablar de la gran etapa de Igor González de Galdeano. Llevaba dos años sin brillar y ha realizado una gran crono en un día en el que no contábamos con especialistas de la talla de Miguel Indurain o Abraham Olano.