No existen rebajas de verano
Noticias relacionadas
La demora en mover ficha por parte del Madrid está basada, fundamentalmente, en tres cuestiones. La primera es por una teoría del presidente que no se ha cumplido la pasada temporada, y es que todos los futbolistas quieren jugar en el club blanco. Emerson, Vieira o Carvalho optaron por engordar su cuenta corriente y no esperaron el regateo habitual de final de verano. La segunda cuestión tiene que ver con las necesidades reales del equipo y lo que han pedido los técnicos. Luxemburgo, sabiendo como supo cuando llegó a Madrid que Robinho sería el galáctico para la nueva temporada, se dio por satisfecho.
Los pequeños retoques en el centro del campo y defensa son cosa de Sacchi, obsesionado en que las figuras lucirán más si detrás hay un bloque con jugadores de equipo. Diogo y Pablo García encajan claramente en ese perfil. La tercera cuestión la dicta el mercado, los intermediarios y la especulación. Aunque el Madrid evite filtraciones, son los propios interesados los que, nada más recibir la llamada, difunden el interés para que el precio suba. Automáticamente, el pretendido jugador multiplica su caché por dos. Es más, si no se realiza la operación, ese futbolista tendrá abiertas las puertas de otra docena de equipos o incluso del suyo, que intentará ampliarle y mejorarle el contrato. El único que pierde es el Madrid, obligado a pagar más de lo que estipula el mercado. Robinho no valdría ni los quince millones de euros ofertados en Navidades si no hubiera ocupado cientos de portadas por ser el Madrid el equipo que le pretende. Eso, más que sus goles y su fútbol, es lo que ha disparado el precio.




