La torre de Babel del Nanga Parbat
Cómo demonios se dice "asegura" en japonés? Mientras transportaban la camilla de Rakel Pérez, la alpinista accidentada a causa de un bloque de hielo, nuestros dos compañeros, Edurne e Iván, trataban de no caerse y, al tiempo, no precipitar la camilla pendiente abajo. De nuevo, como una repetición de lo que nos ocurrió hace seis años, nada más llegar al Nanga Parbat nos veíamos envueltos en un rescate, echándole un pulso a la montaña que más leyenda negra y más literatura ha generado en la historia del alpinismo.
Esta vez, sobre el papel, ofrecía menos dificultades, pues el trayecto desde el Campo 1, donde se encontraba la accidentada, es menos expuesto y más sencillo. En el año 1999 nuestros compañeros se jugaron la vida para salvársela a Wolker Stalbhon, un alpinista colombiano gravemente herido a casi siete mil metros de altura. Atravesar el corredor de nieve cuando, a media mañana, es bombardeado por las piedras que se sueltan de la parte superior fue una operación en la que mis compañeros tuvieron que poner mucha sangre fría y mucho coraje. La de hace cuatro días no era tan arriesgada pero en una montaña como el Nanga nunca se sabe a lo que tendrás que enfrentarte. Además, las noticias que nos llegaban eran muy alarmantes y parecía muy urgente el rescate y la evacuación.
Así que las seis expediciones que estamos en el campo base nos pusimos manos a la obra. En una nueva lección de solidaridad montañera, todas aportaron gente y medios. Era una vida lo que estaba en juego. Pero traer la camilla entre todos puso de relieve la torre de Babel en que se ha convertido el Nanga. Aquí se habla de todo: mayoritariamente español (pues tres de las seis expediciones son españolas), pero también japonés, francés, alemán, inglés y checo.
A pesar de todo nos entendimos bien gracias a una curiosa y, visto ahora, divertida, mezcla de spanglish y comunicación gestual que resultó muy útil, sobre todo a los japoneses (que se empeñaban en tirar de la camilla en otra dirección). Quizás el hecho de que no hubiese expediciones comerciales hizo que esa operación haya tenido un efecto doblemente positivo. Además de haber rescatado a Rakel, que a estas horas ya se encuentra en un hospital de Islamabad con diversas fracturas pero a salvo, el resto de los alpinistas que se encuentran esperando subir saben que no les faltará ayuda en caso de que la soliciten. Ya sé que en el resto de los deportes este tipo de actitudes no son necesarios, pero en la montaña, y más en una como el Nanga Parbat, es imprescindible.
Aveces pienso que ese tipo de valores que he aprendido del alpinismo a lo largo del tiempo es lo que me hace sentirme más orgulloso de esta especialidad deportiva. En cualquier caso, hoy se respira un ambiente más optimista y solidario en el campo base, aunque la cumbre del Nanga Parbat siga pareciéndonos más inalcanzable que nunca. Y eso es importante.
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Sebastián Álvaro es director programa de RTVE 'Al Filo de lo Imposible'.