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Doy mi mano por el ciclista

Si hay algún culpable en este caso, para mí no es el ciclista. Estoy tan seguro de que Isidro Nozal no es el responsable que me dejaría cortar una mano si se demuestra lo contrario. En un equipo en el que nadie puede decidir ni siquiera el desarrollo que puede poner en una contrarreloj sin el permiso de Manolo Saiz, a nadie se le ocurriría tomar algo por su cuenta. Y menos que a nadie a Nozal, que siempre ha sido un mandao, un ciclista superdisciplinado, que siempre hace lo que le dicen. A mí no me parece mal que el director del equipo controle todos los detalles, pero si eres responsable, lo eres para todo. Cuando ocurrió el caso del portugués Nuno Ribeiro, dije que me parecía correcta su expulsión, pero siempre que no se tratara de un simple y fácil intento de lavar la imagen, como ocurrió con Txema del Olmo en el Euskaltel.

Pienso que Isidro se ha precipitado marchándose el mismo del equipo. Aunque le conozco y sé por qué ha reaccionado así. Es tan generoso que lo da todo por salvar a sus compañeros y si tiene que destrozar su carrera para salvar al equipo, no duda en hacerlo. Estoy convencido de que lo recuperarán, porque no sería justo. Para empezar su caso no es un positivo, no se considera como tal y ni siquiera hay sanción, si no se repite el análisis en quince días. Nozal ha sido muy honesto, pero los que están por encima de él también deben serlo. No se puede sacrificar a un corredor como éste para seguir tapando a otras personas. Recordemos que su caso no es único, que ya es el segundo tras el de Ribeiro y hay que buscar a los máximos responsables en un equipo que tiene tres o cuatro médicos y lo tienen (o lo deberían tener) todo controlado al milímetro.