Yo digo José Ribagorda

El ejemplo de Aguilera y Sergi

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Antes de la última pantomima ante el Getafe, el club rindió un merecido homenaje a Aguilera, unos de los últimos exponentes del jugador de club con mayúsculas. A pesar de la edad, el capitán ha demostrado hasta el final la calidad, profesionalidad y pundonor de un futbolista cuando está en completa simbiosis con unos colores y con su trabajo. Ayer dijo adiós otro profesional ejemplar, el veterano Sergi. Lástima que no llegara en los mejores momentos para que hubiera lucido más su indudable contribución al juego del equipo. Con más de treinta años a sus espaldas, le he visto correr y pelear por estos colores infinitamente más que otros "presuntos" jugadores mucho más jóvenes y por lo tanto, con más recursos físicos.

En su entrega y experiencia deberían de haberse mirado con detenimiento esta nueva estirpe de jugadores que van de club en club, sin capacidad afectiva para fijar un compromiso con una entidad que les da prestigio y, por su puesto, mucho dinero. Aguilera y Sergi, al igual que Mauro Silva o Fran en el Deportivo son jugadores imprescindibles para seguir creyendo en la ética y la decencia. Entregar tu vida deportiva a un ideal encarnado en un club o echar el resto por el que te contrata, son maneras de ir por la vida que merecen el reconocimiento de todos.

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