Siempre lo querría en mi equipo
Noticias relacionadas
Me da un poco de apuro escribir sobre Hugo Sánchez. Es de los pocos ex futbolistas con los que he seguido manteniendo una relación de amistad. Soy consciente de que no cae bien en algunos sectores de prensa, que otros le guardan cuentas pendientes, incluso ex compañeros del Madrid siguen sintiendo la misma envidia que cuando compartían vestuario. Pero tengo que reconocer que a mí nunca me falló. Pero no es ésta la cuestión que nos ocupa. Hugo, como le pasó cuando era jugador, debe ser juzgado ahora como entrenador por lo que sea capaz de demostrar en el campo. Fueron muchos los entrenadores que me dijeron que representaba el tipo de futbolista que siempre querrían tener: goleador, listo, valiente, tramposo con el rival, astuto...
Como entrenador, también lo tendría siempre en mi equipo. Años antes de colgar las botas, ya tenía claro que quería sufrir en los banquillos. De alguna manera comenzó esa labor cuando no paraba de mandar a sus compañeros en el campo, aún como jugador. Además, tuvo buenos maestros. Uno sobre el resto: Luis Aragonés. De él aprendió que el técnico, por encima de todo, debe transmitir su carácter ganador. Luego, aprovechar los recursos a su alcance, incluidos los que pueden parecer más extravagantes para motivar a un jugador. Hugo ya hacía algo parecido cuando tenía que picar a un compañero o cuando sacaba de sus casillas a un rival. Hay otro factor a su favor. No tiene prisa por triunfar en nuestra Liga. Podía haber aceptado alguna oferta la pasada temporada. Prefirió seguir ganando campeonatos en México. Igual ha llegado el momento.




