Lo siento Ronaldinho; ganará Madrid 2012
El espíritu olímpico es algo tan especial que sólo sabes descifrarlo al constatarlo en primera persona. Cuando disfruté como periodista de los Juegos de Barcelona'92 y de Atlanta'96 asumí que difícilmente mis ojos futbolerizados iban a disfrutar jamás de otro espectáculo de semejante magnitud. Por eso no he tenido el menor inconveniente en firmar la tregua olímpica con Manolete.
Nos jugamos mucho con Madrid 2012 como para andar con guerrillas ideológicas de corte menor. Se trata del sueño de nuestras vidas. Al menos, de la mía. Si organizamos los Juegos de 2012 (por entonces tendré 47 años) le pediré a Relaño que me liberé de mi bendita entrega diaria a la actualidad de mi Real Madrid. Así podré disfrutar de dos semanas mágicas que marcarán un antes y un después en la capital de la pluralidad, el ocio y la diversidad cultural. Les digo más, la final de la Champions no se jugó anoche en Estambul. La auténtica se disputará el 6 de julio en Singapur. Todos, Manoletes y Ronceros, llevaremos la misma camiseta: la de Madrid 2012. No como Ronaldinho, que ha hecho un guiño demagogo al antimadridismo con su voto a París.
Desde el corazón hago un llamamiento a los aficionados del Real Madrid. Seremos más de 100.000 voluntarios. Un Bernabéu a reventar. ¿Por qué no?