No se pierdan lo que queda de Giro, porque Juanma Gárate aún tiene cosas que decir. Quedan dos buenas etapas de montaña que decidirán el vencedor final y el vasco del Saunier Duval me da la impresión de que es el que más en forma llega de los cuatro espadas que se jugarán el primer puesto del podio: Savoldelli, Di Luca, Simoni y nuestro hombre. Lo va a tener muy complicado, pero sólo le separan 2 minutos y 11 segundos de la gloria y ha demostrado que tiene oficio y, lo más importante, que puede con el Giro. Tiene la virtud de que ha llegado en un estado de forma óptimo al momento clave, lo que todo ciclista busca. Ya hemos visto en estas semanas cómo explotó Ivan Basso en una carrera que le venía de cara, cómo Savoldelli ha sufrido momentos malos y también cómo a Simoni le falta reprís en algunas subidas en las que hace falta.

Lo que va a jugar en favor del líder del Discovery es el día de descanso de ayer, porque el italiano mostró que tenía dificultades y que, además, está más solo que la una mientras por ejemplo Gárate está valiéndose de un gregario de lujo como Rubén Lobato. En favor de Savoldelli juega la contrarreloj, pero no le viene del todo bien ya que hay que afrontar la subida a Superga y ahí el español puede compensar tiempo. Ir vestido de rosa le puede dar alas, pero los especialistas ya no lo son tanto a estas alturas. Hemos visto a escaladores como Pantani o Fuente que siendo líderes han rendido mucho más de lo que se esperaba en la lucha contra el reloj. Nos queda la ilusión de Gárate y eso está bien, porque sabíamos que las estrellas como Beloki o Zubeldia no iban a rendir tal y como venían. Hay que contar con él. Alguno tendrá que estallar y del podio le separa un escalón.