Todavía no hay un claro favorito
El Stelvio ha terminado por aclararle a Ivan Basso que no está en condiciones de seguir en este Giro. Ayer ya tuvo problemas estomacales y en una carrera como esta la falta de salud no perdona. Pienso que Basso haría mejor en olvidarse del Giro y pensar en el Tour. Es absurdo y contraproducente que queme ahora inútilmente energías que luego le van a hacer mucha falta. Pero aunque se nos cayó el que pintaba como máximo favorito, el Giro sigue vivo. Queda una semana por delante, en la que hay otras dos etapas importantes de montaña y una contrarreloj. Y no tenemos un favorito claro, pues Savoldelli tiene fisuras, como ayer se encargaron de demostrar Simoni, Di Luca y Gárate, que nos sigue ilusionando. Esta claro que el irunés está en forma. Tras la paliza de la etapa del día anterior, ayer aguantó entre los mejores y además le pidió a Lobato que forzara la marcha en último puerto, señal de que se ve fuerte. Va a tener complicado alcanzar el podio, pues por delante tiene a tres grandes corredores. Por cierto, cada día me sorprende un poco más Di Luca, un corredor al que siempre se le había atragantado el Giro y que después de un inicio de temporada a tope, en la Vuelta al País Vasco y las clásicas de primavera, aún tiene gas y encima ha encontrado la regularidad que le faltaba.
Los nuestros siguen buscando el triunfo de etapa. Ayer lo intentaron Unai Osa y Daniel Atienza, pero también se encontraron con un Iván Parra intratable, que se ha llevado a pulso las dos grandes etapas dolomíticas, siendo el mejor en las dos fugas. Aún quedan ocasiones, para ganar etapas y para dar un vuelco a la carrera. Todavía podemos ver explosiones como la de como Basso. Esperemos que no sea Gárate.