Cuestión de vergüenza torera

No estoy de acuerdo en que no se jueguen nada hoy los eternos rivales. El Madrid ha hecho el esfuerzo suficiente en los dos últimos meses como para no ir a estropearlo el último día ante los suyos. Además, me cuentan que hay una especie de conjura para que Ronaldo sacie su hambre de goles y aún meta presión a Etoo. Consumado el fracaso por segundo año consecutivo, descartada la salida por la puerta grande, se trata de seguir cambiando la bronca por el respetuoso silencio. Hablando de silencios, los jugadores del Atlético llegan mudos al partido. Curioso castigo, uno más, para sus aficionados, y para la Prensa que se encarga de transmitir sus impresiones. Al final va a quedar que hemos sido nosotros los que asaltamos el jueves su recinto de trabajo.

Pero existen otros interrogantes. ¿Seguirá Torres arrugándose en los derbys? ¿Tirará de generosidad Luxemburgo para que el público pueda despedir a Figo? ¿Cómo interpretará el socio el homenaje a Hierro? ¿Demostrarán los señalados por la afición rojiblanca que no merecen estar en la lista de transferibles? Vamos, que si por una vez los puntos en juego no valen de nada, sí vale el orgullo que demuestren en una situación casi insólita. En las actuales circunstancias, no se admite hacer el canelo.