Becks, la escondida sencillez
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Cuando un tipo que se declara tímido pero es capaz de clavarte la mirada para que, a través de sus ojos, le puedas conocer un poco más, buen síntoma. Es lo que más me sorprendió ayer de la entrevista con Beckham. Una mirada limpia, sincera, casi de niño grande. Es como si te estuviera pidiendo que le conocieras mejor, que descubrieras el otro yo, el que no se ve en los carteles publicitarios ni en el campo de fútbol. En ocasiones pensé que esa sonrisa limpia, esa gentileza con todo el mundo, era producto del márketing. ¡Que va! Ayer estábamos casi solos en un estudio de radio y los gestos eran los mismos y la amabilidad idéntica. Y la leyenda de que va rodeado de tropecientos, falsa. Al menos ayer.
Insisto, por muy profesional que seas, no estás obligado a firmar hasta la última fotocopia con tu imagen, ni a soportar la incesante petición de fotos. Le esperaban otros asuntos pero aguantó hasta el final. Es más, tuvo el detalle de despedirse de los técnicos que habían hecho posible que su voz llegará a las ondas. Me sorprendió gratamente. El Beckham que descubrí ayer está a millones de kilómetros del que nos han vendido desde la prensa británica. Y no tengan dudas sobre su continuidad en el Madrid. Cuando proclamó sus ganas de retirarse en ese club, clavó aún más su mirada para reafirmar lo que siempre fue un sueño para él. Con esa confianza, el mejor Beckham está por llegar.




