Escuchó la sentencia y eso le honra
La imagen de Pep Guardiola no ha sufrido mella en Italia. Si bien el positivo por nandrolona le dejó en una posición incómoda, el hecho de que ayer estuviera presente en el Tribunal de Brescia y que incluso pidiera la palabra para defenderse ha sido una actuación brillante a la que aquí no estamos aconstumbrados. La presencia de Guardiola es un detalle que valora la sociedad italiana, ya que otros en su lugar hubieran puesto mil y una excusas, médicas o personales, da igual, para evitarse el trago de escuchar en vivo y en directo la resolución de un tribunal que te manda a la cárcel, aunque es sabido que en el caso de Pep no cumplirá pena de prisión puesto que no tiene antecedentes penales. Él quiere limpiar su imagen y su trayectoria, e irá hasta el final en busca de su inocencia. Y quizá ésta es la primera y la gran razón por la que el ex jugador del Brescia y del Roma, en Italia, y antes del Barça, llegará hasta el final para demostrar que es inocente, pero las consecuencias, el mal, ya está hecho. Su positivo se ha hecho público y las consecuencias, en este caso incluso penales, tambien. Queda en una posición delicada.
Personalmente me parece una fatal casualidad que el destino, o lo que sea, haya querido que Guardiola inaugure esta triste lista. Él, precisamente, que sobre el campo ofreció todo lo contrario a lo que suponemos que puede trasmitir un jugador que se dopa. En el juego de Pep no había trampas, sino pureza. Movía a los equipos como los directores mueven a las orquestas. Y todo parecía natural. Pero lo cierto es que los análisis y contraanálisis que le hicieron en Roma probaron que había consumido nandrolona, y la Ley ha sido implacable. Él siempre sostuvo que es inocente, pero las pruebas le señalan. Ahora es él el que tiene la carga de la prueba, y eso lo cambia todo.