Donde pone el ojo, pone la bala
Paolo Bettini desarmó ayer a los velocistas con su ataque en el último repecho. Es grande este corredor, combativo y muy avispado. Normalmente donde pone el ojo pone la bala. Ayer vio su oportunidad para cargar la escopeta y mató dos pájaros de un tiro: la etapa y la maglia rosa. Y pienso que éste no va a ser su único triunfo. En el Giro, aunque siempre empiezan con muchas etapas llanas, tienen la buena costumbre de buscar algún puerto o algún repecho cercano a meta para ofrecer mucho más juego que el clásico sprint masivo. En la etapa de hoy, sin ir más lejos, hay un puerto muy cercano a meta
Esas son las oportunidades que tienen que buscar gente cómo Be-ttini, Di Luca, Garzelli y, como no, también los nuestros. Si bien, estando a inicios de la carrera, no creo que hoy sea al día en que veamos un español en el podio. La etapa se presta, más que para un ataque en solitario, para una selección. A meta no llegarán todos, pero sí un grupo bastante numeroso. Lo que sí espero es que en esa criba entren los españoles que aspiran a hacer un buen puesto en la general del Giro: Haimar Zubeldia, Unai Osa, Aitor González y Gárate. Deben estar entre los mejores porque si no, apaga y vámonos. Sería un síntoma de que nada tienen que hacer aquí.
Pero para ver el triunfo de etapa de un español vamos a tener que esperar todavía bastante. Primero tendrá que asentarse la general y luego habrá que intentarlo en esas etapas de media montaña que son nuestro mejor terreno. Yo estoy confiado en que llegará al menos un triunfo, pero tampoco será fácil. Para los italianos el Giro es la vida, la carrera que les da y les quita para todo el año. Todos van a muerte y nadie regala nada.