Ya tiene un premio:el respeto

Creíamos haber visto el milagro de los milagros de nuestro fútbol con la irrupción del Deportivo de Lendoiro. Aquello era difícil de igualar. Con esas limitaciones de aforo, con una ciudad pequeña, con un presupuesto limitado... Pues el Villarreal ya está en la misma nómina. Población cuatro veces menor que la gallega, presupuesto cuatro veces inferior y ahí está. Mejora el precedente con una variante, al menos este año, que radica en un trato exquisito del balón. Y, como en el caso del Depor, basado en el atrevimiento de un hombre, Fernando Roig, que a diferencia de Augusto César, ejerce incluso de mecenas. Dinerito de su bolsillo. La propuesta de fútbol total, el riesgo de reunir a jugadores con toque y la elección del chileno Pellegrini para ahormar todo eso, merecen el premio del respeto, muy superior al de los títulos.

Siempre nos quedará la duda de qué harían estos gestores manejando 300 millones de euros por temporada. ¿Se embobarían o arrasarían? Nunca lo sabremos porque posiblemente ellos mismos renunciarían a la aventura por falta de alicientes. Lo suyo es arañar en el mercado buscando lo que otros estropean o desechan. Se devanan los sesos captando con el boca a boca nuevos abonados. Y lo mejor es que tutean a los grandes, dentro y fuera de nuestra fronteras. Con naturalidad, con un punto de humildad, pero con el tremendo orgullo de saber que hacen bien las cosas. Ayer, como ustedes, me llevé un sofoco viendo como el Villarreal aplastaba con su juego al AZ pero no tenía recompensa. Los resultadistas dirán que sí, que juegan bonito, pero están fuera. Normal, los mezquinos también tienen cabida en el fútbol. Ojalá el sueño de Roig siga siendo una realidad muchos años.