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Evitar que intervenga la DGT...

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Ahora resulta que si te 'roban la cartera' en una carrera se llama 'adelantamiento polémico'. Habrá que preguntar a la DGT si el pedazo de pasada que le mete Rossi a Gibernau fue lícita o no. Incluso me pregunto qué pensarán los de Tráfico de la osada maniobra realizada por 'El Doctor', si es sancionable y, por qué no, cómo evitar que vuelva a suceder. Seguramente lo solucionarían señalizando la pista con prohibidos adelantar y poniendo intermitentes y frenos a las máquinas de MotoGP. Y quien no lo respete, fuera los puntos, pero no del carnet sino de la clasificación. Y nos habremos cargado el invento... Lo del domingo en Jerez fue maravilloso, un final histórico. Pero no fue un final feliz, perdió el nuestro. Y ya está. Lo decía Rainey: "Para ganar en los circuitos no podemos ser amigos fuera de él. Estos piques hacen grande al motociclismo".

Ya sucedió con 'Ago', Hailwood y Read, con Roberts, Sheene y Spencer, o Rainey y Schwantz. O que le pregunten a Nieto cómo se la jugó Kneubuhler para que Andersson ganara el Mundial (eso sí era sancionable). Sete se confió, Rossi le cogió el interior y quien se adueña de la trayectoria también tiene razón, su razón. Si esto hubiera sucedido a finales de los 80 no se le hubiera metido uno, en ese espacio se meten dos (seguro que Gardner y Schwantz). Ha sido la misma situación que tantas veces hemos disfrutado con Lorenzo, Barberá, Pablete, Elías, Pedrosa e incluso Sete el año pasado. También antes a Pons, Aspar, Crivillé o Nieto (algún gran premio ganó con el pie en el suelo en la última curva). Lo que debe hacer Sete es sonreír y practicar el 'aquí te espero' (aunque no el de 'Crivi' a Doohan en Eastern Creek, que fue lamentable). Y zumbarle a Rossi en el próximo gran premio. Así, sí.