Pues va a ser que no
Cuando atravesamos la mejor racha de la temporada y más cerca tenemos el objetivo final. Cuando todo apunta a que esta vez sí, vuelve a ser que no. La "frasecita" de moda y de marras, nos viene al pelo. Al margen ya de los tópicos, que les aseguro me cansan ya tanto reivindicarlos, el aficionado necesita explicaciones convincentes. Es realmente difícil entender cómo un equipo que juega, con relativa solvencia, en el Vicente Calder es un conjunto atolondrado y cobarde en cuanto juega a domicilio.No vale que Ferrando diga finalizado el desastre de Soria, que en una jugada tonta perdimos el encuentro. Mejor sería que nos dijera cómo tardó hasta mediada la segunda parte en sacar a Ibagaza, viendo que el equipo no daba una a derechas.
También me gustaría saber, por boca de los jugadores, cómo son capaces de mostrar dos caras tan radicalmente distintas de un domingo a otro. ¿Falta mentalización o se dictan instrucciones erróneas desde el banquillo? No lo sabemos. Las únicas certezas vienen de la mano de la estadística. La confianza que nos dan las holgadas victorias en casa se diluye como un azucarillo con las deshonrosas derrotas que sufrimos a domicilio. Una asombrosa y perniciosa irregularidad que siembra muchas dudas sobre la posibilidad de que al final logremos estar en los puestos europeos. A nuestra extrema debilidad se une la fortaleza que manifiestan, en casa y fuera de ella, la mayoría de nuestros más directos rivales.