La tierra es plana

El que fuera integrante del Último de la Fila, Quimi Portet, hace unos meses sacó un CD y el estribillo de una de sus canciones es: "la Tierra es plana, lo sabemos todos". Una delicia. Confieso mi devoción por el surrealismo en todas las facetas. Excepto en el fútbol. El caso Javi Navarro ha congregado ya a suficientes arquitectos del despropósito. Y la obra dibujada propina un alevoso codazo al rostro de la sensatez.

No vale todo. El mero visionado de las imágenes debería haber embridado palabras, amenazas y actos de desagravio (¿?). Los altavoces refuerzan la voz, pero no los argumentos. Si la víctima hubiese sido el sevillista, la reversibilidad de las declaraciones de quienes dicen sentirse "linchados mediáticamente" sería absoluta. Incluso el cinismo debe tener límite. Imágenes. ¿Protección cuando el balón está sobre el césped y el delantero encara al defensa para regatearle?. Esta hoguera de sinrazones y típicos tópicos -"lances del juego"- amenaza con abrasar el sentido común.

Y más cuando quién debe impartir justicia ejerce de bombero pirómano. En primer lugar, Pino Zamorano. Multirreincidente en demostrar que no sabe más. Y Alfredo Florez, presidente del Comité de Competición. Lanza la flecha para luego pintar la diana alrededor de donde ha ido a parar. Contradictorio en sus decisiones y en apariencia tan estricto que incluso si está solo forma una ordenada cola de uno. Toda una invitación al guirigay y consumición pagada a quienes lleguen antes a los juzgados de guardia. Premio al descaro. Y el responsable de tales nombramientos orgulloso de descifrar el porqué de la palidez de la luna: solo hace vida de noche.